La llegada en 2020 de la COVID-19 provocó que la forma de trabajar cambiase para siempre. La consecuencia directa fue la apuesta por la transformación digital de la mayoría de las empresas.
El uso de la inteligencia artificial, el machine learning o los macrodatos han ido creciendo. A estas tendencias se le añadió la computación en la nube que terminó por renovar este sistema de almacenamiento.
¿Qué sucederá en 2022 con la nube híbrida?
Las consultoras confirman que el teletrabajo, la red 5G y el Internet de las cosas triunfarán. Pero no se olvidan de la apuesta decidida por la nube híbrida. De hecho, se considera que:
- Esta opción ayudará a modernizar sus sistemas legacy.
- La transición será más sencilla.
- El coste de los modelos iniciales va a reducirse. El auge del centro de datos como servicio (DcaaS) y de la nube privada como servicio (PcaaS) será definitivo. Se preferirá la externalización y pagar por un hardware que, hasta ahora, formaba parte del CPD.
- La nube híbrida será uno de los pilares para la transformación digital de una empresa.
¿Cuáles son las claves para aprovechar la funcionalidad de la nube híbrida?
Lo fundamental es que cada organización elija dónde quiere utilizar cada carga de trabajo. Hasta hace poco, se prefería usar la nube para las cargas más simples. La migración de las más complejas es una realidad. Para obtener el mejor resultado se aconseja:
- Realizar un inventario del entorno TI.
- Seleccionar cuáles son las aplicaciones y cargas de trabajo más adecuadas para la nube.
- Determinar las que deben seguir usando el centro físico de almacenamiento de datos.
- Convertir la ciberseguridad en un aspecto imprescindible.
El objetivo final no es solo diseñar una estrategia para 2022, sino más a largo plazo. Conseguir el control total de los datos generados es de enorme importancia. Se recuerda que un 64 % de empresarios considera un problema cumplir con la normativa del tratamiento de los datos.
De forma paralela al proceso adaptativo va creciendo la aparición de nubes específicas para cada nicho de mercado. La idea es equilibrar la funcionalidad con el cumplimiento de los protocolos exigidos. La elección de una nube escalable permite adaptarse mejor a los cambios que se vayan produciendo.
De momento, lo que pueda suceder en 2022 es una incógnita bajo la amenaza de la epidemia. Sin embargo, la nube híbrida parece seguir siendo una alternativa fiable que ofrece las máximas garantías.
Sirva su uso para que se convierta en uno de los ejes sobre los que gire la digitalización de una empresa. La mezcla de propuestas y su ajuste a las necesidades de la empresa forman parte del punto de partida de un proceso imprescindible que no debería obviarse.